IMPACTO EMOCIONAL EN LAS PERSONAS AL NO TENER AUTONOMÍA PARA SALIR DE SU VIVIENDA

Todas las personas, por igual, tenemos derecho a contar con una vivienda accesible. Sin embargo, muchas veces las personas con movilidad reducida o alguna discapacidad se quedan al margen. Esto provoca un grave impacto emocional negativo que afecta a su autoestima, motivación y calidad de vida.

En el día a día, las personas con movilidad reducida se encuentran con barreras arquitectónicas que imposibilitan su libre movimiento o bien notan la falta de elementos que faciliten la entrada y salida de edificios, comercios e incluso de sus propias viviendas. Es importante tener en cuenta las necesidades de estos grupos, por eso desde Fundación Mutua de Propietarios  hoy tratamos la importancia de la libertad de movimiento, la accesibilidad a las viviendas y su impacto emocional en personas con movilidad reducida o discapacidad.

Importancia de la libertad de movimiento y su impacto emocional

A la hora de adaptar una vivienda, primero hay que saber quién es la persona que va a habitarla. ¿Sus discapacidades son físicas, psíquicas o ambas? ¿Cuál es el grado de discapacidad? ¿Vivirá sola o acompañada? Hay que tener en cuenta las necesidades, gustos y opiniones para ofrecerle la mejor calidad de vida y hacer que se sienta en una vivienda cálida y personalizada a la que pueda llamar su hogar, y sobre todo, del que pueda salir y entrar con autonomía.

La libertad de movimiento es algo que toda persona ansía y necesita. ¿Qué pasa cuando esta se ve restringida por determinados factores como la ausencia de elementos en su comunidad como un ascensor o una rampa, o elementos no accesibles como puertas demasiado pesadas u otras barreras arquitectónicas?  Pues evidentemente, que no solo limita la autonomía de la persona y afecta a su calidad de vida y posiblemente a la de sus seres queridos, si no que tiene también un fuerte impacto emocional.

La falta de libertad y de recursos que ayudan a las personas con movilidad reducida puede provocar lo siguiente:

  • Sensación de aislamiento: al tener que depender continuamente de otros para moverse por la vivienda o salir y entrar de esta, la persona con movilidad reducida se siente aislada y apartada de la sociedad. Además, tiene la sensación de estar atrapada en la casa, ya que le resulta imposible bajar escaleras o rampas con demasiada inclinación.
  • Generación de emociones y sentimientos negativos: la tristeza y la frustración son dos de los sentimientos que puede experimentar la persona, llegando incluso a la depresión o ansiedad.
  • Soledad y falta de inclusión: otra consecuencia de no contar con una vivienda accesible es la soledad y el aislamiento social. Ante la falta de accesibilidad y/o la dependencia de otros para salir y entrar, la persona puede tender a aislarse, derivando en un sentimiento de soledad y cortar toda relación social. Las personas mayores, especialmente, expresan la soledad como uno de los factores que más les preocupan, según nuestro estudio “Preocupaciones ante una próxima vejez”.

Es clave, por tanto, adaptar las viviendas y los accesos a las comunidades de propietarios para que las personas discapacitadas o con movilidad reducida puedan desenvolverse con autonomía y salir y entrar de su casa con libertad, y cuidar también su bienestar emocional.

A continuación, os damos algunos consejos acerca de elementos que pueden mejorar la calidad de vida de las personas mayores o con movilidad reducida en sus viviendas o edificios:

Adecuación y accesos a los espacios

  • Evitar los desniveles y si los hay, contar con ascensores, rampas o sillas salva escaleras.
  • Si la vivienda tiene varias plantas, ubicar la de la persona con movilidad reducida en la planta baja.
  • Automatizar puertas, ventanas y persianas.
  • Colocar los buzones, timbres y/o porteros automáticos a la altura adecuada para que personas que utilizan sillas de ruedas accedan a ellos.

Tecnología, luz y electricidad

  • Evitar siempre alargadores y cables en medio de los pasillos o zonas de paso. Preferiblemente los cables han de estar fijos en la pared.
  • Contar con más interruptores para que la persona no tenga que desplazarse demasiado, y si son luminosos, mejor. Colocarlos a la altura adecuada por si la persona va en silla de ruedas.

Accesibilidad en el dormitorio

  • Colocar un interruptor al lado o encima de la cama.
  • Armarios y cómodas con cajones y baldas a poca altura.
  • Camas articuladas.

Accesibilidad en el baño

  • Preferiblemente plato de ducha en vez de bañera. Además, que sea una ducha con suelo rasante, es decir, directamente en el suelo.
  • Lavabo accesible para que no haya inconvenientes a la hora de acercarse con la silla de ruedas.
  • Váteres altos con barras a los lados.
  • Puertas que se abran hacia el exterior.

¿Cómo ayudamos en Fundación Mutua Propietarios a las personas con movilidad reducida?

La falta de autonomía y libertad de movimiento provocada por la falta de accesibilidad en las viviendas y comunidades de propietarios causa un impacto emocional negativo en las personas con movilidad reducida o discapacidad que hay que mejorar. Es importante que tanto la sociedad como las instituciones tomen conciencia y aborden la situación, habilitando las viviendas y edificios para que todas las personas entren y salgan sin tener que depender de terceros. La accesibilidad es un derecho fundamental para todos, independientemente de nuestras capacidades.

En Fundación Mutua de Propietarios somos conscientes de ello y como entidad no lucrativa trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas con movilidad reducida, facilitando la accesibilidad a sus viviendas y a su entorno. Con nuestro Programa Sin Barreras ofrecemos ayudas económicas y/o subvenciones para obras de accesibilidad en comunidades de propietarios, generamos conocimiento y estudios en torno a la materia con nuestro observatorio de accesibilidad, y creamos concienciación con nuestras campañas de divulgación. Infórmate en nuestra web, www.fundacionmdp.org